Que día mojado. Correr tras el bondi, saltar charcos de
manera cuasi homosexual, esquivar molestias espirituales, y porque no, sacar un
par de espinas del motor. Sin duda un pésimo día para amar de manera apropiada.
Sin embargo, es idóneo el hábitat para la reflexión y la moralidad. Para buscar
respuestas a las preguntas que nunca me van a responder, o nadar en el mar de
ideas bizarras en mi interior. ¿O que tal planear el futuro más incierto y
quebrantable? Todo eso sirve para un día tan temporal como hoy. El viento que
se lleva las penas y el agua que las vuelve a traer, para chocar de lleno con
tus ojos. Es difícil ver bajo la lluvia, pero es una sensación fantástica y
extraña. Ese ahogamiento prematuro. Ese escape del mundo árido que conocemos.
Tratar de pulir un poquito mas las incoherencias que tanto nos molestan, como
el trabado de palabras y los momentos incomodos. Perfectamente cómodos para los
días de lluvia, igual. Me gustaría explicar un poco más del tema, pero necesito
un exprimidor o algo así. Un trapo de piso, tal vez. Este, en cualquiera de los
casos, es muy recomendable no dejarse golpear por estos días. Ni por la gente,
que erosiona de a poco el alma y luego la mente. El mal tiempo merece nuestra
buena cara, aunque sea jodido de lograr. Aunque te escupa.
Porque aunque el día no cambie, no hay cosa mas cálida que una sonrisa. Ni más
dulce.
Debería de afeitarme, creo. Jazz estrafalario aquí, suerte con los días: BBNG
muuuuuy bueno ! Me encantó ! :)
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