martes, 18 de septiembre de 2012

¯\_(ツ)_/¯

Que día mojado. Correr tras el bondi, saltar charcos de manera cuasi homosexual, esquivar molestias espirituales, y porque no, sacar un par de espinas del motor. Sin duda un pésimo día para amar de manera apropiada. Sin embargo, es idóneo el hábitat para la reflexión y la moralidad. Para buscar respuestas a las preguntas que nunca me van a responder, o nadar en el mar de ideas bizarras en mi interior. ¿O que tal planear el futuro más incierto y quebrantable? Todo eso sirve para un día tan temporal como hoy. El viento que se lleva las penas y el agua que las vuelve a traer, para chocar de lleno con tus ojos. Es difícil ver bajo la lluvia, pero es una sensación fantástica y extraña. Ese ahogamiento prematuro. Ese escape del mundo árido que conocemos. Tratar de pulir un poquito mas las incoherencias que tanto nos molestan, como el trabado de palabras y los momentos incomodos. Perfectamente cómodos para los días de lluvia, igual. Me gustaría explicar un poco más del tema, pero necesito un exprimidor o algo así. Un trapo de piso, tal vez. Este, en cualquiera de los casos, es muy recomendable no dejarse golpear por estos días. Ni por la gente, que erosiona de a poco el alma y luego la mente. El mal tiempo merece nuestra buena cara, aunque sea jodido de lograr. Aunque te escupa.




Porque aunque el día no cambie, no hay cosa mas cálida que una sonrisa. Ni más dulce.




Debería de afeitarme, creo.  Jazz estrafalario aquí, suerte con los días: BBNG

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