martes, 4 de septiembre de 2012

Esto es un titulo.


Tanto septiembre, como primavera en si, tiene como... un no sé que. Un aroma, fragancia o color que respira, ciertamente, nostalgia. Es algo tan extraño. No es algo malo, pero no termina de cerrar como bueno. Y es que tanto el clima como la población, como la fauna y flora, todos se disponen a que sea un ambiente raro. Raro como un deja vu continuo e interminable, o tal vez, saber matemática sin ir a particular. Es un tanto peculiar y genera cierta presión en mi cabeza. No tanta presión como el spameo constante de Bariloche, pero es algo similar. Similarmente molesto.

Eso me lleva a pensar (o tratar de hacer tal cosa) en qué estoy en falta. En como puedo gambetear a la sociedad para que no me afecte, y, por ende, no afecte a los que me rodean. Pues, trato, gracias a la primavera y a las mujeres y a la música, de hacerme un pequeño pueblo adentro de mi cráneo. Ya lejos de toda la basura común, me dispongo a sobrevivir de los constantes mareos que esta época del año me producen. Volar de un lado al otro, ayudar a la mediana edad, y ser el mejor del mundo… Es casi imposible, estando escaso de tiempo para lograrlo. Y es raro, porque teóricamente, todo lo que hago, lo hago para mi bien. Me pongo mal para... ¿estar bien? Eso no cierra en lo absoluto. Tal vez quienes estén familiarizados con la astrología o la farmacéutica me recomienden algo. Tal vez no pueda escapar de este mundo bizarro que es Septiembre. Septiembre de flores, de abejas, de risas y de magia. Ah, y de tratar de escapar del futuro y disfrutar una porción del presente. Aunque, como ya dije, no es nada, nada fácil.

Endiablada situación de escapar de lo común. Desde cada pequeño imbecil que hay que tratar, hasta el gobierno, tan inalcanzable por veces (De todas maneras, no importa porque son todos buitres). Es una lastima que, si el karma existe, se tome tanto tiempo en accionar. Y sin embargo no es algo repentino lo de estos combates. Desde pequeño que estoy en constante lucha con tales vanidades como las estrellas, el horóscopo, la suerte y el amor. Es como querer casarse con la luna: se puede, pero esta lejos.




Muy lejos.



Sepan disculpar, me fui al carajo.


¿Y que quieren? Estamos en primavera, tortolos. Salgan afuera: Lo mejor del mundo.

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