Hay
algo, que quizás podríamos denominar extraño, que me sucede en las vacaciones.
Bueno, en realidad no sé si es raro: supongo que le pasa a muchos.
En
reglas generales, la situación es que no hago nada productivo. Tengo todas
estas expectativas, metas que me pongo antes de empezar que al final no cumplo.
Digo, por ejemplo: “Bueno, ahora tengo dos semanas libres. Voy a poder
escribir, componer, investigar sobre las carreras universitarias que podría
seguir el año que viene, sacar a pasear a mi perro, andar en bicicleta, etc.”
y, cuando llega el momento, no siento ganas de hacer nada. No me siento con la
energía para emprender ningún proyecto. Me convenzo que este es un tiempo que
tengo para descansar y hacer lo que quiero, y que no me tengo que poner obligaciones
porque estas ya van a venir. Creo que es justamente eso último el problema.
La
vida es como una gran obligación. Hay un camino que tenés que seguir, lugares a
donde tenés que llegar, cosas que tenés que hacer. No digo que no puedas
hacerlas, pero es lo que hay que hacer para una vida relativamente cómoda. Si
la existencia, tuviera un lema, este sería: “Nacer, Estudiar, Trabajar, Morir”.
Porque eso es lo que se espera de una persona. Primero, que vaya al colegio,
donde le van a enseñar conocimientos básicos. Luego, que vaya a la universidad,
donde va a aprender sobre materias más específicas, que les sirvan
particularmente para ingresar en un determinado mercado laboral. Y aquí viene
la parte complicada: las responsabilidades (que es el nombre elegante que se le
da a las obligaciones), y trabajar, trabajar, trabajar, para tener una vida
“digna”. Tan sólo cuando ya seas viejo, suponiendo que haz hecho bien tu labor
o haz tenido suerte, tendrás tiempo libre para ocuparte en lo que desees. Pero
el problema es que ya será algo tarde y tus energías se estarán agotando.
Lo
que trato de decir es que la libertad no existe, al menos en su totalidad.
Claro, cada uno tiene la posibilidad de elegir la carrera que desee (excepto
quizás en casos de pobreza extrema o situaciones que no permitan a una persona
disponer de su educación: ellos están aún más condicionados), pero eso no es
libertad: es más un multiple-choice donde el sistema nos da las opciones. Podés
no elegir lo que proponen e inventar tu opción, pero vas a estar desaprobado.
El
hombre debe ser libre, sin obligaciones ni ataduras de ningún tipo. Pero el
mayor problema es que nunca nos enseñan. Todo lo que el hombre hace lo hace
porque se lo dicen, porque hay algo que lo está forzando, y en el momento en
que se ve emancipado de aquello, no sabe qué hacer.
Bueno,
me puse un poco filosófico. Aunque la mía es una filosofía que no parece servir
para nada, porque ni yo me la creo. Digo, sé que mi crítica es válida, pero no
tengo solución alguna y la conclusión resulta una utopía, es decir, resulta
irrealizable. Soy un idealista que no cree en ideales, y a la vez un pesimista
que llora por ellos. Un boludo que quiere cosas imposibles cuando sabe bien que
son imposibles.
Lo
irónico es que critico el sistema, cuando es justamente él quien me inspira en
la mayor parte de las cosas que escribo. En las vacaciones no estoy tan inmerso
en este, de forma que no sé que escribir, se me va la creatividad. Pero el
problema mayor es que cuando no estoy de asueto, muchas veces no tengo tiempo
para plasmar la idea que puede surgir en mi mente.
Me
doy cuenta de que este artículo no tiene ni pies ni cabeza. La verdad es que
sólo quería decir que no tenía ganas de escribir y de allí fueron surgiendo
distintas ideas que terminaron en este texto incoherente. No creo que haya
quedado tan mal a pesar de que siento que estoy poniendo cualquier mierda
que me viene a la cabeza.
Como
sea, gracias por leer mi mierda.
Chau.
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