martes, 24 de julio de 2012

Algo


Hay algo, que quizás podríamos denominar extraño, que me sucede en las vacaciones. Bueno, en realidad no sé si es raro: supongo que le pasa a muchos.
En reglas generales, la situación es que no hago nada productivo. Tengo todas estas expectativas, metas que me pongo antes de empezar que al final no cumplo. Digo, por ejemplo: “Bueno, ahora tengo dos semanas libres. Voy a poder escribir, componer, investigar sobre las carreras universitarias que podría seguir el año que viene, sacar a pasear a mi perro, andar en bicicleta, etc.” y, cuando llega el momento, no siento ganas de hacer nada. No me siento con la energía para emprender ningún proyecto. Me convenzo que este es un tiempo que tengo para descansar y hacer lo que quiero, y que no me tengo que poner obligaciones porque estas ya van a venir. Creo que es justamente eso último el problema.
La vida es como una gran obligación. Hay un camino que tenés que seguir, lugares a donde tenés que llegar, cosas que tenés que hacer. No digo que no puedas hacerlas, pero es lo que hay que hacer para una vida relativamente cómoda. Si la existencia, tuviera un lema, este sería: Nacer, Estudiar, Trabajar, Morir”. Porque eso es lo que se espera de una persona. Primero, que vaya al colegio, donde le van a enseñar conocimientos básicos. Luego, que vaya a la universidad, donde va a aprender sobre materias más específicas, que les sirvan particularmente para ingresar en un determinado mercado laboral. Y aquí viene la parte complicada: las responsabilidades (que es el nombre elegante que se le da a las obligaciones), y trabajar, trabajar, trabajar, para tener una vida “digna”. Tan sólo cuando ya seas viejo, suponiendo que haz hecho bien tu labor o haz tenido suerte, tendrás tiempo libre para ocuparte en lo que desees. Pero el problema es que ya será algo tarde y tus energías se estarán agotando.
Lo que trato de decir es que la libertad no existe, al menos en su totalidad. Claro, cada uno tiene la posibilidad de elegir la carrera que desee (excepto quizás en casos de pobreza extrema o situaciones que no permitan a una persona disponer de su educación: ellos están aún más condicionados), pero eso no es libertad: es más un multiple-choice donde el sistema nos da las opciones. Podés no elegir lo que proponen e inventar tu opción, pero vas a estar desaprobado.
El hombre debe ser libre, sin obligaciones ni ataduras de ningún tipo. Pero el mayor problema es que nunca nos enseñan. Todo lo que el hombre hace lo hace porque se lo dicen, porque hay algo que lo está forzando, y en el momento en que se ve emancipado de aquello, no sabe qué hacer.

Bueno, me puse un poco filosófico. Aunque la mía es una filosofía que no parece servir para nada, porque ni yo me la creo. Digo, sé que mi crítica es válida, pero no tengo solución alguna y la conclusión resulta una utopía, es decir, resulta irrealizable. Soy un idealista que no cree en ideales, y a la vez un pesimista que llora por ellos. Un boludo que quiere cosas imposibles cuando sabe bien que son imposibles.
Lo irónico es que critico el sistema, cuando es justamente él quien me inspira en la mayor parte de las cosas que escribo. En las vacaciones no estoy tan inmerso en este, de forma que no sé que escribir, se me va la creatividad. Pero el problema mayor es que cuando no estoy de asueto, muchas veces no tengo tiempo para plasmar la idea que puede surgir en mi mente.


Me doy cuenta de que este artículo no tiene ni pies ni cabeza. La verdad es que sólo quería decir que no tenía ganas de escribir y de allí fueron surgiendo distintas ideas que terminaron en este texto incoherente. No creo que haya quedado tan mal a pesar de que siento que estoy poniendo cualquier mierda que me viene a la cabeza.

Como sea, gracias por leer mi mierda.
Chau.

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