martes, 17 de julio de 2012

Marcha ciega

Cuando el mundo se deshace
Y la ilusión se desvanece
La llanura se hace montaña
Y la vana esperanza desaparece

El camino invisible
La visión mermada
Decepción en cada esquina
Ni un atisbo del Sol en su cara

Y el despertador suena
Pero la mañana no llega
En dos vidas paralelas,
Sumida el alma a la espera

Y con cada paso, cada rayo de sol
La oscuridad es más profunda
La montaña más alta
La lluvia más fuerte

Bloqueo mental y sueño eterno
Dulce irrealidad, realidad mi infierno
La mente se desvanece, el cuerpo se carcome
Donde quiera que mire, veo en gritos su nombre

Frío y pálido el soñador refugiado
Tiempo que se marchita, amanecer que no llega
Sueño eterno, despertar eterno
Y el reloj sigue andando



Esta es una pequeña poesía que escribí hace aproximadamente un año (sino más), pero nunca quise publicar hasta ahora, por alguna razón. Es más, creo que fue el primer poema "de verdad" que redacté. 
Hice únicamente un pequeño cambio antes de publicarlo (agregué un verso, no les voy a decir cual, no creo que importe tampoco), pero lo demás está exactamente como lo expresé en ese entonces.

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